Mercado de La Laguna. San Cristóbal de La Laguna.
ANCHO DE BANDA
La propuesta se concibe como un sistema que amplifica los recursos de interacción edificio-usuario, en beneficio de la transmisión de servicios.
Ancho de banda se presenta como un espacio abierto, no limitado ni cerrado por su perímetro. Su configuración interna potencia la relación con el exterior a través de un ritmo secuencial de lleno – vacío que fragmenta el volumen, permitiendo el flujo de personas por todo su perímetro así como la ventilación natural y la entrada de luz.
El volumen se genera desde la idea de permeabilidad visual. El programa del mercado se comprime en bandas compactas, las circulaciones entre éstas permiten la entrada de luz al interior y la transparencia visual del mercado que potencia la lectura de su privilegiado entorno.
Ancho de banda se configura según una marcada estructuración en bandas “programáticas”, contenedoras de todo el programa, como las manzanas en el trazado hipodámico de la ciudad. El espacio vacío entre ellas desmaterializa el volumen, permite la ventilación natural y el soleamiento del mercado y conforma el espacio de circulación y relación. Surgen, además, vacíos en la trama, como plazas interiores, que aglutinan las actividades más espontáneas.
La sencillez del trazado regulador de San Cristóbal de la Laguna, la cuadrícula, sirve para organizar una actividad de gran complejidad como es la ciudad. Del mismo modo, en Ancho de banda, la ordenación del programa en bandas, permite una sencilla lectura del espacio en el que convergen numerosos procesos y actividades complejas. Esta ordenación se manifiesta al exterior mediante el contraste entre los volúmenes cerrados y la permeabilidad de las grietas, mejorando la comprensión del edificio, antes incluso de entrar en él. Como si de un mapa se tratase, el mercado muestra al exterior su organización interna.
La propuesta se concibe como un sistema que amplifica los recursos de interacción edificio-usuario, en beneficio de la transmisión de servicios.
Ancho de banda se presenta como un espacio abierto, no limitado ni cerrado por su perímetro. Su configuración interna potencia la relación con el exterior a través de un ritmo secuencial de lleno – vacío que fragmenta el volumen, permitiendo el flujo de personas por todo su perímetro así como la ventilación natural y la entrada de luz.
El volumen se genera desde la idea de permeabilidad visual. El programa del mercado se comprime en bandas compactas, las circulaciones entre éstas permiten la entrada de luz al interior y la transparencia visual del mercado que potencia la lectura de su privilegiado entorno.
Ancho de banda se configura según una marcada estructuración en bandas “programáticas”, contenedoras de todo el programa, como las manzanas en el trazado hipodámico de la ciudad. El espacio vacío entre ellas desmaterializa el volumen, permite la ventilación natural y el soleamiento del mercado y conforma el espacio de circulación y relación. Surgen, además, vacíos en la trama, como plazas interiores, que aglutinan las actividades más espontáneas.
La sencillez del trazado regulador de San Cristóbal de la Laguna, la cuadrícula, sirve para organizar una actividad de gran complejidad como es la ciudad. Del mismo modo, en Ancho de banda, la ordenación del programa en bandas, permite una sencilla lectura del espacio en el que convergen numerosos procesos y actividades complejas. Esta ordenación se manifiesta al exterior mediante el contraste entre los volúmenes cerrados y la permeabilidad de las grietas, mejorando la comprensión del edificio, antes incluso de entrar en él. Como si de un mapa se tratase, el mercado muestra al exterior su organización interna.